A todos aquellos que quieren y aman al futbol, y hasta los que no



“El último minuto también tiene 60 segundos”
“A todos aquellos que quieren y aman al futbol”
“Ahí, dónde las arañas tejen su nido”
“Su lechita y a dormir”
“Hazme 3 hijos!!”


      Estas frases, aparentemente frívolas, se han convertido a lo largo de los años, en referentes obligados de una historia: la historia de la unión de la televisión y el futbol, pero también de la historia de nuestras vidas. 


    Cada generación de niños que juegan al futbol en sus parques, escuelas o patios y ahora video juegos, ha acompañado sus partidos con las frases de los comentaristas de la época. 


   Más allá de la aparente trivialidad, nos hace ver la importancia que tiene la televisión en la formación de nuestra cultura cotidiana. 


    El binomio televisión-futbol nació en los años 60, cuando comenzaron las primeras transmisiones de los partidos en México. Desde esa época, los narradores, han llegado a ser, en ocasiones, más importantes que los propios encuentros deportivos.  


   Por supuesto que las nuevas generaciones no saben quienes cimentaron el estilo del que tanto gozamos en las voces, diría gritos, de Cristian Martinoli y Luis García.


   Como narradores, que no comentaristas, la historia la comienza a escribir Don Fernando Marcos a finales de los años 50; más adelante la voz de Angel Fernández, voz insignia de nuestros mundiales de futbol desarrollados en México en 70 y 86; toma la estafeta el “Perro” Bermúdez, pero el estilo narrativo mexicano se consolida con dos leyendas vivientes que en el 2001, cuando por primera vez estuvieron juntos, comenzaron a proponer una nuevo relato y a escribir las páginas modernas de la narración.


   Desde que Cristian y Luis, tomaron el micrófono en TV AZTECA, hace unos 17 años, el futbol volvió a ser interesante, el desempeño deportivo en la cancha no ha cambiado, quienes lo han transformado son ellos.  No hay barrera ni de edad ni de género, todos gozan las narraciones, aún de los partidos más infames. 


   Las nuevas generaciones de posibles narradores, tienen que aprender que ese estilo requiere de educación, cultura, conocimiento; no es producto de la improvisación. El buen lenguaje solo se adquiere leyendo; aprendiendo constantemente, nutriéndose de todos los productos culturales que nos rodean. 

   Se dice que en la música, solo puede improvisar quien fue al conservatorio, esto aplica en cualquier actividad. Solo quienes se dedican a cultivar su profesión, día a día, pueden llegar a perfeccionar sus habilidades.


   Otra lección es que la televisión abierta está más viva que nunca, la visión apocalíptica de que está en el ocaso es mentira, yo diría que está en proceso de transformación. Pero lo más importante, con Cristian y con Luis,  se confirma la enorme necesidad que tiene el público de entretenerse, para eso es la televisión abierta, los rating lo demuestran; la economía global también, la clave del negocio se llama: entretener.


   Por cierto, para mí, un privilegio haber podido trabajar con casi todas leyendas, excepto el “Perro” Bermúdez. 


Comentarios

Entradas populares de este blog

COCA -COLA Y SUS ENEMIGOS

NADA NUEVO BAJO EL SOL

LO QUE PASA EN LAS REDES SE QUEDA EN LAS REDES